Los ojos
Usted conoce el motivo de mi desvelo. O si prefiere, mi obsesión. Son los ojos. ¿Los ha observado detenidamente? ¿Ha mensurado su creciente número? Cientos de ojos, miles, una multitud infinita de ojos. Inflamados, inmóviles,
Relatos y Cuentos
Usted conoce el motivo de mi desvelo. O si prefiere, mi obsesión. Son los ojos. ¿Los ha observado detenidamente? ¿Ha mensurado su creciente número? Cientos de ojos, miles, una multitud infinita de ojos. Inflamados, inmóviles,
Ha transcurrido mucho tiempo y sigo obsesionado con esa puerta. No hago más que recordar. El calor húmedo pegoteado en mi frente, el peso de la navaja en el bolsillo de mi pantalón, los minutos
Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo. Génesis En la fértil tierra de un libro, donde muerto amarillea un pedazo de bosque, sembraste las palabras
Recibió el segundo bolígrafo a vuelta de correos. Había ordenado solo uno. Su primer pensamiento fue devolverlo, pero recordó un par de ocasiones anteriores cuando, frustrado ante una situación similar con la mercancía recibida, intentó
“Llorar lo hacía sentirse vulnerable, y se negaba la fragilidad. Era un apóstata de la ternura, pero la practicaba a escondidas, en silencio, en tinta negra. Jamás hubiera perdido la oportunidad de conquistar”.
Fabián Hernández nunca tuvo en claro los motivos de su elección. Ser policía distaba mucho de la carrera de su padre, ingeniero agrónomo, y más aún de la de su madre, que se desempeñaba como
Tantas noches en busca de la inspiración, horas y jornadas perdidas. Tanto tiempo he tratado de alcanzarla con diferentes historias y resultados, pero lo que no cambia es el carácter, la naturaleza de la inspiración,
Sí, lo ves ahí, redondo, colorado. Sería un lunar perfecto -pensás- si no estuviera rodeado de la nada, si alrededor y por debajo tuviera piel que lo dotara de ese mínimo relieve que tiene todo
Sin entender exactamente por qué o para qué, el día cinco de julio de mil novecientos ochenta y uno me encontraba en una sala del aeropuerto de la Ciudad de México. Un amigo de mi
Este año quise regalarme la escritura de este texto para mi día especial. Por eso lo titulé, “Es mi fiesta y, si quiero, escribo”. Quedan tres días para mi gran fiesta multitudinaria (si no ven