Amanecer de un día sagrado
“Quiero que fundes un equipo en base a los Forzosos de Almagro, que lo bautices con una marca registrada que deberá recorrer el mundo entero sembrando admiración y goles. ¿Se te ocurre algún nombre?”.
Relatos y Cuentos
“Quiero que fundes un equipo en base a los Forzosos de Almagro, que lo bautices con una marca registrada que deberá recorrer el mundo entero sembrando admiración y goles. ¿Se te ocurre algún nombre?”.
La confinaron a un pabellón de mayor seguridad, le cortaron el pelo, le arrancaron aquella camiseta para ponerle un uniforme blanco y un chaleco que la convertía casi en una oruga. Entonces ella supo que su sombra no había sido un problema, sino un presagio.
Muchos se han formulado alguna vez esta pregunta: ¿los pulpos saben escribir? El hecho de que tengan tinta lo supondría, pero no garantiza nada. Podría pensarse que sí, pues ¿en qué otra cosa ocuparían la
En el apuro por alcanzar la salida, Cenicienta tropezó y rodó por los 57 escalones del palacio, pero como estaba acostumbrada a los golpes de la vida no se hizo nada. Sólo que perdió una de sus botitas. Sin prestar atención a ese detalle, Cenicienta subió rengueando al subte…
—Nos queda una chance aún, caballeros –dice el comerciante. Los otros dos lo miran con ojos ansiosos y una sonrisa vacía de esperanzas–. ¿Qué tal si hacemos que los países envíen ayuda humanitaria para el pueblo venezolano. Los ilusionamos a todos pero a último momento no entregamos nada.
Eso le recuerda el anécdota de un profesional que fue a buscar trabajo en un diario y como prueba le propusieron una nota acerca de Dios. Cuando el periodista preguntó: “¿a favor o en contra?”, fue contratado inmediatamente.
(Fragmentos de una novela que nunca verá la luz) De aquellos tiempos solo me queda el silencio. Vivíamos nuestro propio mundo, éramos la noche plena y como vampiros negábamos el sol durmiendo. Yo no era
Permanecimos así por un rato. Fue hermoso descubrir su debilidad. Sentí que podía dominarla plenamente, y esa sensación vitalizaba mi deseo hacia ella. Hicimos el amor mejor que nunca, hasta que el tiempo se agotase.
Nunca me las di de héroe, pero respetando un código no escrito, yo, por ser veterano, iba adelante comandando la ofensiva, buscando claros, marcando el camino. El contraataque enemigo no se hizo esperar…
“Si los poetas supieran que los fuegos encendidos por las palabras pueden terminar incendiando la propia obra, quizá tendrían más decoro al escribir”