Dios modeló con arcilla del suelo
a todos los animales del campo
y a todos los pájaros del cielo.
Génesis
En la fértil tierra de un libro, donde muerto amarillea un pedazo de bosque, sembraste las palabras que decían: antes de Uruk solo había noche.
¿Por qué ensalzas, historiador, la primera de las ciudades?, ¿acaso no sabes que allí comenzó La hoguera de las vanidades[1]? En ese fuego quemaron libros, como en el que tú ponderas civilizaciones, maraña de edificios que hoy son letras de canciones.
Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir.[2]
Pero sin ciudad no hubiese libro, dijiste convencido. Mientras yo observaba desde mi balcón, orillando el precipicio, a los hombres enlatados rodando en el bullicio.
Sí, sin ciudad no hubiese libro, repetí; los primeros en arcilla, epopeyas nos contaron: Gilgamesh y sus andanzas, devastadoras resultaron. Fueron ellas cantera de escribas supersticiosos. Que perpetraron los plagios, o Sagradas Escrituras, más perniciosos.
El primer Gran Diluvio se contó miles de años antes que Noé empezara a blandir el hacha para su hotel flotante. Vaya intertextualidad más onerosa, muchas Hipatias[3] se quemaron por la rima y por la prosa.
Un momento, ¿te das cuenta, historiador? La arcilla grabada en aquella gran villa de Uruk es la metáfora del Génesis. Dime, por favor, si no lo has dilucidado. Dime si no es Dios el escritor, y nosotros lo que ha inventado.
[1] La Hoguera de las vanidades (en italiano: Falò delle vanità) aconteció el 7 de febrero de 1497, cuando seguidores del monje Girolamo Savonarola recogieron y quemaron en público miles de objetos en Florencia (Italia) durante la fiesta del Martes de Carnaval. El objetivo era eliminar los objetos considerados pecaminosos, objetos de vanidad como espejos, maquillajes, vestidos refinados e incluso instrumentos musicales. También, libros inmorales, manuscritos con canciones seculares y cuadros.
[2] Pongamos que hablo de Madrid.
[3] Hipatia (Alejandría, 355 o 370-ibíd., marzo de 415), filósofa y maestra neoplatónica griega. Destacó en los campos de las matemáticas y la astronomía. Miembro y cabeza de la Escuela neoplatónica a comienzos del siglo V. Fue asesinada a los 45 o 60 años (dependiendo de cuál sea su fecha correcta de nacimiento), linchada por una turba de cristianos.
Breve y contundente. Muchas felicidades por el libro, Lucho, que seguro será solo el primero de una larga lista.