Síndrome de Rett: El monstruo en el ropero

Por José Pedro Cerón Carrasco y Annia Galano

Aquellos que tienen el privilegio de saber tienen la obligación de actuar.

Albert Einstein

Vamos a comenzar esta columna rompiendo el orden. Primero los datos duros.

El síndrome de Rett afecta a 1 de entre 10,000 a 15,000 niñas. Esto quiere decir que cada dos horas nace una niña con síndrome de Rett. [1, 2]

¿Y los niños? Uno de cada 100,000 la padece. [2] La mayoría de ellos muere antes del nacimiento o en los primeros años de vida. [4]

Debido a ser “poco” frecuente, es una enfermedad huérfana. (Para más detalles sobre este término ver el post anterior: https://a4manos.aquitania-xxi.com/ciencia/enfermedades-huerfanas/

Afecta a todos los grupos étnicos y es la segunda causa más común de retardo mental en el sexo femenino, después del síndrome de Down. [3]

Manifestaciones:

Los bebés que padecen el síndrome de Rett comienzan a desarrollarse del modo esperado. Entre los 6 y 18 meses de vida empiezan a perder las habilidades que ya habían adquirido. Por ejemplo, lo que se conoce como movimiento estereotipado de las manos (palmadas o frotamiento repetitivos) sustituye al uso intencional de estas. Comienzan a presentar problemas motores, lingüísticos y de comunicación en general (signos del espectro autista). Son frecuentes la desaceleración del crecimiento de la cabeza (microcefalia postnatal), la discapacidad intelectual, las crisis epilépticas (convulsiones) y los problemas respiratorios. En la medida en que la enfermedad progresa pueden aparecer además enfermedades gastrointestinales, escoliosis grave y trastornos de conducta. [4-6]

Por el momento, no tiene cura. [7]

¿Qué causa el síndrome de Rett?

Empecemos por comentar algunos conceptos importantes que, aunque están relacionados, son diferentes. Y nos referimos a cromosomas, ADN y genes.

Los cromosomas son como el libro de instrucciones que describe a una persona. Contiene todas sus características: el color y forma de los ojos; la estatura; el tamaño de la nariz, la curvatura de la barbilla, si el cabello es lacio o rizado, el tono de la piel. Todo, hasta el último detalle. Los mamíferos tienen cromosomas en el núcleo de sus células. Los humanos tenemos 23 pares de ellos (la mitad heredados de la madre y la otra mitad, del padre). Dos de estos cromosomas son sexuales y existen dos tipos de letras para nombrarlos: X y Y. A los que nacen con dos cromosomas X solemos asociarles el género femenino y a los que tienen uno X y uno Y, el género masculino (biológicamente hablando). Los cromosomas pueden verse en el microscopio y están formados por largas hebras de ADN.

El ADN (Ácido Desoxirribonucleico) sería en nuestra analogía como las oraciones que forman el libro de instrucciones. Solo que estas oraciones están formadas por solo cuatro letras: A, T; G y C que representan a adenina, timina, guanina y citosina. Estas oraciones tienen forma de doble hélice y contienen la información genética.

En este libro imaginario, los genes serían las palabras que forman las oraciones del libro. O sea, fragmentos específicos de ADN que contienen las instrucciones para fabricar una proteína o realizar una función particular en el organismo. Cada gen codifica una característica o función específica. Los seres humanos tenemos miles de genes en nuestro ADN.

Entonces una verdad evidente, aunque parezca contradictoria, es que todos somos iguales y todos somos diferentes. Somos iguales porque funcionamos igual por dentro. Cada una de nuestras células lleva los 23 pares de cromosomas que mencionamos antes, o sea una copia completa de ADN. Somos diferentes porque no hay dos personas con el mismo ADN. La combinación de letras A, T, G y C que cada uno lleva dentro es diferente, única e irrepetible. Aun así, nos parecemos más de lo que podría suponerse. Una persona tiene unos tres mil millones de letras en su ADN, y más del 99% de la secuencia, u orden de esas letras, son las mismas en todos los seres humanos. Es el resultado de millones de años de evolución, lo que nos ha dado un pasado en común. El 1% es suficiente para hacer de cada uno de nosotros un ser especial.

Ahora que hemos entendido todo esto, regresemos a las causas del síndrome de Rett. Su desarrollo está ligado al cromosoma X [5] y se estima que en el 90 a 95 % de los casos está causado por mutaciones en el gen MeCP2. [8] Esto quiere decir que la secuencia de letras en este gen se encuentra alterada y son estas alteraciones las que originan problemas en la producción de una proteína que es fundamental para el desarrollo y funcionamiento del cerebro. [9, 10] Como mujeres y hombres tienen una combinación de cromosomas diferente (XX versus XY) las consecuencias de esta enfermedad también son diferentes. [4]

Pero, ¿y las proteínas? Como el ADN es muy sensible, y es mejor dejarlo a buen recaudo dentro de la célula, la evolución ha inventado un sistema para protegerlo. Un mensajero viaja hasta donde esta guardado el ADN, hace una copia y sale con la preciada información. Lo que lleva en la mochila sirve para construir proteínas con aminoácidos. Expliquemos un poco más.

Pensemos en un cajón lleno de piezas de Lego. Eso serían los aminoácidos, los ladrillos con los que vamos a construir. Tienen nombres como alanina, glutamato y triptófano, pero para este ejemplo mejor imaginemos piezas de Lego de diferentes colores. Cada una de ellas corresponde a un código de tres letras en el ADN. El mensajero que ha leído el libro de instrucciones nos dice los pasos a seguir. Ahora solo queda ir encajando las piezas hasta terminar la construcción. Si en vez de piezas Lego hemos usado aminoácidos, lo que habremos construido será una proteína. Y estas también son imprescindibles. Somos un 20% de proteínas, e intervienen en todos los procesos del cuerpo. Algunas tienen nombres muy conocidos, como la insulina, el colágeno, la queratina o las inmunoglobulinas (anticuerpos).

Bueno, sucede que a veces hay un error en alguna de las letras del ADN. Una T donde tendría que haber una C, par ejemplo. Las mutaciones de que hablamos hace un rato. Si esto pasa en una posición particular del ADN, el mensajero se equivoca y al final habrá una proteína que no se construye bien. Por ejemplo, la MeCP2 (el gen del mismo nombre es quien transmite las instrucciones para su construcción). Este “pequeño” cambio es el responsable del síndrome de Rett.

No hay cura, pero ¿hay tratamientos?

Los tratamientos actuales se centran en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. [7] Esto es muy importante en lo que se encuentra una cura. Tengamos en cuenta que el pronóstico para esta enfermedad es que evolucione por etapas a lo largo de varios años, de modo que los pacientes pueden vivir hasta la mediana edad y más. [5]

Los tratamientos con fármacos suelen utilizarse para mejorar los trastornos del sueño, los problemas respiratorios, las crisis epilépticas, los movimientos estereotipados y el bienestar general. Dado que los pacientes con síndrome de Rett presentan un riesgo relativamente alto de sufrir arritmias potencialmente mortales, es importante evitar aquellos fármacos que promuevan las arritmias. [5] El avance más reciente en este contexto es la Trofinetida. Aunque su mecanismo de acción no se conoce bien aún, se supone que mejora la morfología neuronal y la función sináptica (o sea la forma de las neuronas y la comunicación entre ellas). [10]

Existen también terapias enfocadas a retardar la progresión de las discapacidades motrices y de mejorar la comunicación. Sin embargo, los avances obtenidos tienden a ser modestos y solo en raras ocasiones se llegan a eliminar los principales problemas del síndrome de Rett. Entre este tipo de terapias se encuentran las de estimulación (fisioterapia, musicoterapia, hidroterapia, logopedia, equinoterapia y terapia ocupacional). En el plano cognitivo el modelo llamado “Eye Tracker” ha mostrado buenos resultados. Se nombra así al aprendizaje y comunicación asistidos por computadora. [9]

El apoyo psicosocial a las familias es esencial. Existen diversas asociaciones sin fines de lucro que brindan dicho apoyo. Algunas de ellas se listan al final de esta columna. Sin embargo, si conoces a alguien afectado por esta enfermedad brindales tu apoyo. Si no conoces a nadie afectado por esta enfermedad, igual brinda tu apoyo. Que este síndrome sea huérfano no quiere decir que las familias que la padecen tengan que serlo. Repito las palabras de Einstein: Aquellos que tienen el privilegio de saber tienen la obligación de actuar. Ahora ya sabes.

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Referencias

[1] https://www.enfermedades-raras.org/movimiento-asociativo/actualidad-asociativa/cada-dos-horas-nace-una-nina-con-sindrome-de-rett

[2]  J. Med. Genet. 2006, 43, 451. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16183801/

[3]  RNA Biol. 2013, 10, 1197. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23611944/

[4]  https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/rett-syndrome/symptoms-causes/syc-20377227?utm_source=Google&utm_medium=abstract&utm_content=Rett-syndrome&utm_campaign=Knowledge-panel

[5]  https://www.orpha.net/consor/cgi-bin/OC_Exp.php?lng=ES&Expert=778

[6]  Ann. Neurol. 1983, 14, 471. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/6638958/

[7]  Dev. Med. Child Neurol. 2023, 65, 162. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/dmcn.15383

[8]  Saber, Universidad de Oriente, Venezuela. Vol. 28 Nº 4: 726-735. (2016).

[9]  https://cinfasalud.cinfa.com/p/sindrome-de-rett/

[10]  J. Clin. Med. 2023, 12, 5114. https://doi.org/10.3390/jcm12155114

1 Comment

  1. Es muy interesante está enfermedad genética pero sobré todo que se le dé la importancia para la atención de calidad a los pacientes pediátricos. Felicidades!!!

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