Goodbye, American Hero, la primera novela de Eduardo Goldman, ahora para el mundo anglosajón

La historia de la novela data aproximadamente de 1977. Yo estaba entusiasmado con el libro El Grito Primario (The Primal Scream) de Arthur Janov, y mi gran sueño era viajar a Los Angeles para experimentar ese tipo de psicoterapia. Trabajaba entonces como creativo en una agencia de publicidad, que me permitió ahorrar en dólares y hacer el sueño posible. Enterado de mi viaje, un amigo me propuso escribir una novela policial con la idea de hacerla traducir en Estados Unidos (ingenua idea me parece ahora). Me propuso una historia trillada con el escenario de Buenos Aires. Le dije que me gustaba la idea, que nos reuniéramos para estudiarla. Pero nunca sucedió. Yo decidí escribir algo distinto, por mi cuenta…

No puedo ni voy a negarlo. Al iniciar la escritura estuve bajo la influencia de una película norteamericana: Los niños del Brasil. Esa misma: con Laurence Olivier, Gregory Peck y James Mason. Un guion alucinante que lo tiene a uno pegado a la butaca. Y si bien el escenario de la historia es prácticamente el mismo, un Paraguay sometido a la cruel dictadura de Stroessner, la crucial diferencia con mi novela pasa por su protagonista, John Rossi, un detective neoyorquino cuya personalidad algo torpe le da un giro de comedia, sino de parodia, a “Goodbye, American Hero”.

Empecé a escribirla en Buenos Aires, en mi vieja Remington. Seguí haciéndolo en Los Angeles, donde pasé más de tres años. Abandoné la escritura, y luego la retomé de regreso en mi ciudad, a la par que colaboraba con notas de humor en diferentes publicaciones. Cuando estuvo lista, en 1992, la llevé a la editorial Torres Agüero, que la publicó de inmediato.

En 2008, cuando la editorial Del Nuevo Extremo publicaba mi novela El último chiste del Gran Jacobi, supe que iba también a sacar una colección policial llamada Extremo Negro, hice correcciones a Adiós, Héroe Americano (Goodbye, American Hero) y la propuse. Fue la primera novela que se publicó en esa exitosa colección, en 2010.

Mucho antes de la segunda edición había ocurrido algo impensado. Una persona amiga le envió Adiós, Héroe Americano (edición de Torres Agüero) a Norman T. di Giovanni, a Londres. Me refiero al escritor y traductor al inglés nada menos que de Borges. A Norman le encantó la novela, vaya uno a saber por qué, y me propuso traducirla. Demoré medio segundo en aceptar. Fueron meses de intercambios, primero por fax, luego por mail. Hasta que la traducción estuvo lista. Él se encargaría de hacerla publicar en Inglaterra. Pero por alguna razón se peleó con su agente y su editor −él siempre se peleaba con alguien−, y la novela no se publicó. El tiempo pasó y no me ocupé más de ella. Sólo una vez me encontré con Norman, en un viaje que hizo a Buenos Aires, en la coqueta confitería La Biela, en Recoleta. En ese momento yo andaba con un serio problema de salud, y mi ánimo no era el mejor. Me dijo que fundaría una editorial digital y que allí iba a publicarla, pero por alguna razón nunca lo hizo. Finalmente, Norman murió, hace unos pocos años. Fue muy triste no haberlo encontrado una vez más.

Cuando Editorial Aquitania Siglo XXI me propuso la publicación de la versión en inglés, decidí hacerla revisar por una profesora nativa del idioma, llamada Madison. Hubo que transformar dialectos británicos al americano. Para eso recibí también la invalorable ayuda del escritor norteamericano Steven Kassels y mi amiga Gailynn Armstrong.

Ahora, agradecido a las editoras de Aquitania Siglo XXI, me enorgullece la edición de Goodbye, American Hero, en inglés y en español.

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Guest
Luciano Walter
March 8, 2023 7:37 pm

Muy buena novela. Al igual que la película que la inspiró, no te suelta de las pestañas. La historia es para devorársela en un par de sentadas. Goldman es sin dudas uno de mis escritores favoritos.