¿Arde París?, Dominique Lapierre y Larry Collins

La  primera obra de estos dos autores (Dominique Lapierre y Larry Collins) que conocí fue ¡Oh¡ Jerusalén, sobre la constitución de un estado judío, el Estado de Israel, en 1948. No voy a hablar de ella, porque no le toca, y porque quizás en otro momento pueda volver sobre su historia para los letroactivos. Sin embargo, quienes ya la conozcan tendrán una referencia excelente del dominio literario e histórico que estos escritores manejan.

Tanto esa, como la que me propongo comentar ahora, ¿Arde París?, son testimonios inigualables sobre los hechos en cuestión. Para los amantes de la historia será una fiesta, lo garantizo.

En agosto de 1944, en los últimos estertores de la Segunda Guerra Mundial y el poderío de Adolf Hitler, la liberación de la gran capital europea había comenzado. Los aliados se acercaban a ésta para apoyar a la resistencia francesa, a la que se unió parte de la Segunda División Blindada (Leclerc) y de la Cuarta División de Infantería estadounidense.

Hitler, en uno de sus últimos arranques de locura, había ordenado: «Es preciso que París no caiga en manos del enemigo, si no es convertido en un montón de ruinas». Ni siquiera el propio general alemán, Dietrich von Choltitz, al mando de la metrópolis, se atrevió a cumplir la orden. De haber sucedido, piénsenlo por un minuto, no existirían ni el Arco de Triunfo, ni la imponente catedral, ni la famosa torre, ni las iglesias, los puentes, los palacios, los monumentos. París ya no sería París, y esta historia no tendría gracia.

Las órdenes del gran Führer buscaban convertir París en un «Stalingrado» occidental que inmovilizase a los aliados. Por otra parte, la discusión sobre cuál era el momento de ir a rescatar París, y el mandato definitorio de hacerlo, demoró en llevarse a los hechos afortunadamente no demasiado tardes.

¿Arde París? narra esos hechos documentados minuciosamente desde la perspectiva de todos los implicados en los últimos días de la guerra, incluyendo los alemanes. Es al mismo tiempo la confirmación de que existen sitios sagrados que los humanos adoramos sin haberlos conocidos siquiera. Uno de ellos es sin dudas París.

Un libro para leer con calma y disfrutar con éxtasis, pues como reza la antiquísima frase atribuida a Enrique IV de Francia, «París bien vale una misa», y afortunadamente esta vez no ardió.

Ver original en:

http://letroactivos.com/arde-paris-dominique-lapierre-y-larry-collins/

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