En este sitio nunca he compartido los primeros poemas de mi padre que yo leí, y fueron los primeros porque apenas estaba entrando en la edad de leer poemas. Hace más de 20 años de eso. Hoy los he reencontrado, en una edición cubana de 1992, de una obra que se distribuyó en muchas secundarias del país, porque era dedicada al amor juvenil, a esos primeros amores que se quedan para siempre en el recuerdo. El libro fue, además, premiado por la Crítica uno de esos años, y es, todavía hoy, una de las mejores maneras que tengo de recordar a mi viejo, cuando mi viejo no puede estar físicamente conmigo.
Su título: Amor de los pupitres
Autor: Félix Guerra Pulido, ese que es mi viejo y que hoy está lejos
Poema: El pájaro
“Por el cielo del cinematógrafo cruza un ave de vuelo rápido y colores en las plumas. Es inexplicable, pero ese vuelo hace despertar en mí al cazador. En mí, que amo al pájaro libre y vivo. En mí, que prefiero el canto desconocido que viene de la rama. En mí, que no tengo escopeta ni fusil ni tiraflechas. En mí, que ignoro qué se hace con un pájaro muerto.”
La naturaleza de la obra de mi amigo Félix es la misma naturaleza que respiramos y nos hace vivir. Él la defiende y cuida en el trazo preciso de esas mismas aves que nos guían siempre a la esperanza de un hábitat mejor.