DRAMATURGIA DE LAS PIEDRAS (adicional)

Sopeso temerarias ideas. Algunas dan escalofríos.
Otras continúan impedidas de expresión poética.
(Congestión de lenguaje soterrado, seguramente).
Lógica y fantasía oponiéndose a excesos. Textos
fatigosos que elaboro con apuros, mañana duermen flojos debajo de la cama.

A veces criterio exaltado, ora subjetivismo alucinante. En ocasiones voluntarismo no se sostiene sobre el papel. Construyo con hilachas desatinadas. O visiones parpadeantes, excesos repletos de torpezas.
Precisamente quizás por esas mismas razones (a mi pesar) se encaminan a diario a su propia fatal decons-trucción.

A una de tales titulé Dramaturgia de las piedras.
Tema: ¿cargan virtuales melodramas piedras o la ad-quieren en contacto con huesos quebradizos y carne siempre débil?

En primera instancia, consiste el asunto en:
Uno: exonerar a las piedras por daños causados, o Dos: achacar a partes iguales, tanto a piedra como a carne, responsabilidades por ocurrencias de des-gracias humanas y alteraciones del orden.

Exploraciones en varias direcciones. No obstante y
a pesar de esfuerzos, no cuaja del todo el teorema.
Decisiones candentes. Y cuánticas, es decir microscópicas, raíz y medula de otros apremios que se atañen unos con los otros.

Dudas detienen. Pulsaciones impugnadas por siguientes intuiciones. Algo de automático en los impulsos, pero decidí no dejarme llevar por arranques.
También mucha lógica (¿pero cuántas veces falló razón en simples decisiones?).

Cuestiónadicional: ¿Qué ocurre si se dilucida la cues-tión? ¿Si acarrea descredito a protagonistas: políticos de turno, sultanes ideológicos, polítólogos y académicos galardonados, las siempre indefensas muchedumbres o sin querer al infeliz delegado de este apartado municipio?

¿Si no logro, luego de medio siglo que rimen epopeya y victoria? ¿Plan quinquenal con prosperidad sostenible? ¿O felicidad con un plato de frijoles rebosante?

¿Si no atino cantar alabanzas ante de internar
verso en primaveras desguazadas, ejecuciones torcidas, así como amaneceres atravesados por espinas ahora peores que las de anteayer?

¿Qué preferirían caudillos políticos o doctrinarios convencidos de sus ideas?

¿Y si no alcanzo, por ejemplo, a sonreír? ¿Si entro
en pánico cuando enfoque Prensa Oficial? ¿Si no alegro
con suficiente anchura, antes de que escupan al rostro?

¿Qué esperan cabezas pensantes? ¿Ciencia interesada tendrá una opinión ideológica? ¿Y arte qué diría,
qué diría el arte?

¿Poseen dramaturgia propia las piedras? –interrogo.
¿O la adquieren en vecindad con criaturas pensantes,
al entrar en intimidad con frágil carne viva?

Segunda parte y mismo asunto.
¿Lo orgánico filosófico, con sistema nervioso centralizado y doble espiral para el ascenso afiliatorio, es útil solo para subir y bajar? ¿O arregla algún problema?
¿Sumada circunstancia inmortal del aparato de detección y sabidurías, existen realmente portadores de feli-ces desenlaces sociales?
¿Debemos colocar antes otros difíciles conceptos
en sus sitios? ¿Dar marcha atrás a la Historia, repensar lo sucedido?

¿Lo inorgánico es solo escenografía? ¿Telón y música de fondo? ¿Materia dura yace en constante espera
de que la criatura descuide, para hacerla sangrar hasta el martirio? ¿Para irrumpir al escenario donde agazapan potencias y debilidades humanas?

¿Piedra enturbia intenciones? ¿Piedra impiden grandes propósitos? ¿Masa crítica impelida por inconsciencias o voluntarismos, estorban cualquier visión positiva del suceso?
¿Piedra inocente de herir o herida inocente de ser ape-dreada?
Tiempo pasa. Emociones se ajustan cinturón y cambian a piedras enrojecidas. Y arrojadizas. O sujetadas
en la furia del puño.

¿Piedras cruzan de bando e internan en confrontacio-nes? ¿Finalmente emociones desfallecen o estallan
en la corriente de la sangre?

¿Piedra es fuego? ¿Solo falta pólvora? ¿Pólvora es violenta en sí misma, aunque a veces falte gatillo?

Final y mismo asunto.
¿Irrupción incandescente de piedras sobre pueblitos y ciudades, positivamente dejan víctimas y horribles que-maduras en el pecho? ¿Y sin techo a la población?

¿Teatro acude y derrama llanto sobre piedras
que desmantelan a ruinosos habitantes periféricos?
¿Dialéctica de drama universal? ¿Origen de dramaturgias imprescindible en cualquier escenario con preten-siones mundiales?

Escasea desahogo, falta consuelo. Dolor quema:
más cuando no apaga, más donde se apagan fuegos.

¿Tragedia de incendio, que originalmente fue aurora, pero que se apaga y deja pestilencias ideológicas,
sol a sol es solo drama perenne de los seres vivos?

Multitudes emigran a refugios y destierros. Marcan
sus gibas contra el horizonte. ¿Sucesivas piedras se entrecruzan y diseñan parábolas?
¿Perseguidos por tierra, aire y mar qué esperanza agitan como semilla a cosechar en surcos nuevos?

Se reenvía demasiada muchedumbre a regiones extemporáneas.
Entretanto, sin apuro, jolgorios oficiales renuevan cons-tantes aniversarios.

 

Ver primera parte en:

https://a4manos.aquitania-xxi.com/la-letra-del-escriba/2016/01/dramaturgia-de-la-piedra/

 

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