Ilustración: Félix Guerra
Muralla se colma de laureles. No es anomalía congénita
ni el hipar ebrio del trovador.
Es viento, soplo, resurrección, succión,
rigidez, erupción.
Entorno interior de cuya recorrido llegan conspiraciones
y aliento espiritual.
Se departe conciencia y mente, vociferan almas silenciosas,
escarceo a voluntad, nefandas palabras, somero balbuceo.
No predecibles intuiciones de la lengua.
Hacienda, permanencia, extensión, vibración, nostalgia.
Demencia equilibrada. Dignidad lírica. Prosperidad animal.
Universo Diverso. Y Hablado. Y transfigurado.
Natural, tanteamos a espejos, cojeamos a ojo,
se fomentan asociaciones indestructibles. Y destruibles
hasta el borde de las cenizas.
Entre superficies y esencias y particularidades, estallidos
de arrojo horizontal. Tal unicidad confabula y duplica,
cohesión cotidiana palpable que exige, adjetiva
con atrevimiento o mesura, a palpitar o morir.
Al fin una definición que no devalúa a la poesía.
Un enunciado que no menoscaba al poeta.
Humanidad salta del aburrimiento ideológico
al desvelo rimado,
del Valle de Lágrima dogmático a la pasión métrica,
del encarcelamiento político al verso libre y la guitarra.
A desvelar puertos. A despertar desiguales y ofrecer
al ojo natillas y pesadillas. A desenterrar palpitaciones
y cadáveres.
A desentrañas poderes ilegítimos y riquezas bajo sospecha.
Universo sin previas precauciones y significados: procedimiento
activo, vehemente acumula, progresivo y gradual. Orbe donde
unos germinan de lo existente o se oscurecen en la defunción
de otros. Amanece: muralla se atesta de rebeldías e indignaciones.
Utilizar la armónica como hoja de matarife
y luego restañar heridas con goteo de metáforas.
Y más: poemas y poesía continúan sin concurrir a mercados.
Señal de que algo continúa en vuelo.
Mariposa de última instancia, candelilla y poro, lleva polvo
de astros o astros de polen en las alas.
Sol atrae vuelos de Ícaros y golondrinas. Los repele
por la cara oculta. Diluyen extremos, y un día, casi comedia
o mediodía, o causalidad
de horarios, observan filósofos, bardos, físicos,
y acotan con rapidez de almejas y velocidad de columpios.
Melodía conjunta, equívoca, inseparable, polisémica, aparta
poesía de contingencias y grafías inútiles.
Poesía letras, patria enarbola flauta de oración. Plegaria
descocada queda sin haBLAblaBLAr. Mármol extraído y exal-
tado en las plazoletas. Guitarras baten tamborileos. Oleos
de fuegos. Clítoris y panes,
vergas y vino. Orgasmos y nacimientos. Y barros o fangos
o la canción que reta
la intrascendencia fosforescente.
Excita y exalta Susurro sideral. Sobreabundancia.
Opulencia dominada. Entidad candente, oruga dinámica, árboles
desaforados, efigies perpetuas en movimiento, cascada de quietud.
Poema, al dislocarse, promueve atolondros o lirios en el fondo.
Son huraCANES de gnosis e ignorancias. Poema viene de edades
discordes, no se detiene epocal. Gira en oscilación mANUAL.
Ni tan solo melodía o consciencia aGOTAdora, que otro día
deja en blanco la memoria.
Imagen danza el sonido y medita violines.
Piedras retienen heridas. Complicidad de sentidos:
escucho melodías al mirar, océanos al duplicar, cavilamos
a fuerza de protuberancias.
Dudar a tiempo completo sumergidos hasta el tuétano.
Hurgamos tarimas crecientes. Con sed de arrastre rastrear
el fondo de la tormenta. Al Universo, lo estampamos: significados
temerarios: al final, más significados que universo.
Más realidad y materia circundante. Poesía: cola prensil
del tiempo. Apéndice nutrido o magro: traspone temblores, estrellas
indecisas o venideras. Mirar de sombras a conciencia,
con el rabillo erecto de las intuiciones.
Acto arrollador, intenso, conjunción, astros en mordedura,
serpiente mimosa rasgando el panteón de los escotes.
Órganos y orgasmos. Semilla crepitando en el umbral
de las biografías.
Sin necesidad de menos, ni escasez de tutiplenes. Sin enroque
factual de lenguas o palabras asardinadas.
O unir o unidos. Tembleque de que dije lo que no dije y
no dije mi tembleque. Alaridos, desplazamientos inopinados,
desplomes acordados, oleaje arrítmico rompiendo
al borde del acantilado. Sin renuncia
a lo precedente que el mundo ha sido. Ni a los sueños
que el futuro encabece o le vayan a ser decapitados.
Continuar, considerar. Atareado recapacitar. Nacer y renacer.
FELIX GUERRA
POEMAS DE LA SANGRE COTIDIANA
ABRIL 2012