A Tales le sucedió Anaximandro y a este Anaxímenes
Ambos buscaron asimismo el origen de todo, no aceptando la idea de Tales de que la naturaleza es agua o húmeda. No podía ser, por ejemplo, que el mármol estuviera hecho de agua, pues carece de toda humedad.
ANAXIMANDRO fue un hombre perspicaz que optó por buscar un principio ilimitado de todo, que él llamó ‘ápeiron’ (o sea, sin límites). Fue también el primero en usar en filosofía la palabra ‘principio’ (arjé /ἀρχή), vocablo que se contiene en arqueología o arquitecto, por ejemplo. El ápeiron está compuesto de cuatro elementos, obligados a mantener un equilibrio, para no ser castigados por el Destino (la Moira), que reina por encima de los dioses. Con Anaximandro, la moral entra en la filosofía griega como parte esencial de la misma.
Frase: “El principio es lo ilimitado” (ápeiron).
ANAXÍMENES, discípulo del anterior, prefirió colocar el principio de todo en el aire, que formaba las cosas según se concentraba o se enrarecía (el aire enrarecido es fuego). El aire mantiene unido todo el universo, es divino y todo lo dirige.
En Anaxímenes se advierte una coincidencia con el pensamiento hindú: el ‘atman’ es una única alma que todo lo dirige desde dentro. La palabra ‘atman’ se encuentra en la palabra Mahatma ‘gran alma’ (Gandhi); en alemán, respirar se dice ‘atmen’, la misma raíz.
Frase: Así como nuestra alma, que es aire, nos mantiene unidos, el hálito, que también es aire y Dios, mantiene unido el cosmos.
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La presión de los persas obligó a los milesios a huir a Europa al mundo griego, donde el pensamiento filosófico arraigó y floreció.
Ver “La naturaleza es agua”:
https://a4manos.aquitania-xxi.com/la-filosofia-en-sus-frases/2015/03/la-naturaleza-es-agua/