Ilustración: Félix Guerra
Astro corre y deja correr. Deja abrevar go-
rriones y ruiseñores.
A la misma hora, siluro, pez enorme,
es el temblor que el agua devuelve
al ave en picada. Algo así como la imagen
en el espejo del pájaro pescador.
Pez queda inmóvil con mesurados golpes
de la aleta caudal. Busca festines
en el cielo. Observa la criatura emplumada
que roza apetente y apetitosa la superficie
rizada de la corriente. Segundo tenso
y suspenso, adivinatorio y no recordado.
Calculadas distancias, pez y ave se lanzan
en flecha. Garganta contra garganta, cre-
ciendo en los espejos. El encuentro ocurre
en zona neutral de los abismos. Pájaro
pescador desmesura el buche. No imagina
que de tan formidable que va a ser su bo-
cado, continuará vuelo en el estómago
del pez.