Ella y Él
Ella disparó con sus pechos. Él pidió que lo matara de nuevo.
La hoja
Cayó a tierra soñando con ser árbol en el Jardín del Edén.
En la tumba del poeta
“Querida vida, no te olvido”.
Valle de los Reyes
Nefertiti aún provoca sobresaltos en la momia de Akenatón.
Olvido
La mujer se miró al espejo. No estaba allí su rostro.
Dinosaurio
Él murió de amor en el Mesozoico: ella aún lo espera entre los fósiles.
Transacción poética
El poeta, para pagar su estancia en el más allá, abrió una cuenta con poemas.
Génesis
Eva envió la manzana por whatsapp. Adán la mordió en el Paraíso.
Prevención
Él le pidió entrar en su corazón: ella cerró sus piernas.
Resurrección
El muerto corrió la losa de su tumba y solo vio nubes en el cielo.
Comienzo de los tiempos
No existía el coito, pero después que el atardecer penetró en la noche, nació la mañana.
Un amigo
Murió con la palabra en la boca. La palabra está viva todavía.
En la tumba de él
No sabía resucitar. Aprendí para verla.
Nacimiento de la palabra
La palabra cielo ya venía azul antes de salir por la boca.
Elogio de los pies
A la Vía Láctea aún no había llegado la luz. Los pies inventaron el camino
La gallina y el huevo
Los dos, al verse, aparecieron a la vez. Ahora discuten quién se enamoró primero.
La jirafa coqueta
Carecía de cuello. Lo estiró para ver el mundo desde la pasarela.
El espejo
Él creía que la miraba verse. Ella lo miraba a él.
El uno para el otro
Cuando él le mostró su espada, ella lo sedujo con su herida.
La inmortalidad
Los abrazos no tienen epitafios.
me encanta el juego de palabras muy bien
Gracias por estos “disparos de nieve”. En estos tiempos hace tanta falta la poesía para que no se nos ponga en cuarentena el corazón.