El corazón al corazón habla

Fotos: cortesía de La Isla Infinita

ENTREVISTA CON JOSÉ ADRIÁN VITIER, CREADOR DE LA PRIMERA EDITORIAL INDEPENDIENTE EN LA HABANA

 

 

LA PRINCESA LEVE

¿Cuándo comienza la historia de estos libros a cuatro manos?

Yo creo que los actos de creación comienzan sin comienzo, como también ocurre con los sueños o con el Verbo, que, según dicen, ya era en el Principio. Dado que muchas veces los verdaderos comienzos son historias borradas, enterradas o inenarrables, para acceder a ellas se recurre a la poesía como forma de conocimiento. Entonces se engendran las revelaciones y se tejen los mitos, que son historias a lo mejor imperfectísimas desde el punto de vista histórico, pero perfectas desde la propia perspectiva áurea de la poesía.

Dicho esto, cuenta la leyenda que a mis abuelos paternos y a su estupendo grupo de amigos les encantaba crear revistas y libros. Así que la historia de nuestros juegos editoriales podría tal vez empezar a contarse por ahí.

Cuando digo que veo nuestro quehacer editorial como un juego, alguien podría pensar que no me lo tomo muy en serio, pero sería un error suponer eso; la verdad es que pocas cosas me importan más que este juego. Sucede que no puedo evitar ver los empeños creativos, los “actos nacientes”, como un juego. ¿Acaso, a partir de cierto nivel evolutivo, todo lo que nace no se pone a jugar?

Estando en la universidad y un poco después, fundé una revista llamada La ballena codorniz, principalmente dedicada a una muchacha amiga mía que fue quien inventó y dio nombre a esa criatura de esencias, la ballena codorniz, pero claro, también lo hice por diversión y por compartir con otros amigos. Era un juego con fondo de nostalgia, entonces. Posteriormente, por el solo mérito de haber creado aquella revista, tuve el honor de acompañar a mi abuelo Cintio en la dirección de la revista llamada La Isla Infinita. Desde entonces descubrí que había más cosas que deseaba compartir y que eran demasiado largas para introducirlas en la revista. Puede que eso fuera el germen del deseo de hacer los libros que ahora estamos produciendo. En aquellos años aprendí a pintar e ilustrar, traducir, diseñar, maquetar libros, y en algún punto empecé a estudiar japonés. Habilidades que me han sido, de una forma u otra, útiles en el mundo editorial y en la confección de libros.

Para colmo de bienes, esto de hacer libros también le apasiona a mi esposa Nara. Ella no solo es pintora, ilustradora y grabadora, sino encuadernadora y bibliotecaria. Sin ella este camino de los libros hechos en casa no hubiera sido visible ni transitable. Si a esto sumamos que tenemos amigos editores, diseñadores, traductores e ilustradores, nos encontramos en posesión de una editorial por piezas. Solo había que armar el rompecabezas y ponerse a trabajar. 

HACER UN LIBRO

¿Es todo a mano o intercalado, una de tecnología y otra de manos?

Nuestra idea inicial no fue hacer libros empleando técnicas artesanales y de grabado, sino libros corrientes a escala industrial. Fue nuestro desacuerdo con el “método y estilo de trabajo” de las imprentas y editoriales que nos tocaron en suerte lo que nos llevó a intentar hacer los libros nosotros mismos. Esta línea de acción implica combinar la tecnología con el mundo preindustrial de la encuadernación y el grabado. No desdeñamos en absoluto la tecnología. Aspiramos, por ejemplo, a tener algún día la impresora ideal para este trabajo. Yo sueño, específicamente, con la Xerox Phaser 5550DN, una impresora de sobremesa que se ajustaría perfectamente a las necesidades del proyecto. Pero cuando la consigamos, tendrá que convivir con herramientas medievales como nuestro tórculo y nuestro sencillísimo telar.

Pienso que la encuadernación manual, además de aportar belleza y valor añadido, constituye una recomendación tácita, un gesto de promoción poética para nuestros libros.

Porque los libros no solo hay que hacerlos hermosos, sino que es preciso promocionarlos poéticamente. Para ello estamos haciendo un sitio web, y creando pequeños audiovisuales dedicados a cada libro y al proyecto en general.  Mi hijo Adrián, a sus catorce años, y mi padre José María Vitier, a sus sesenta, son mis más cercanos colaboradores en la creación de video y música respectivamente.

¿La Isla Infinita fue acaso un antecedente?

Si te fijas, la Colección La Isla Infinita hace exactamente lo mismo que la revista La Isla Infinita. Publica bajo el mismo sello materiales cubanos y extranjeros, invitando a las mentes desprejuiciadas a acercarse por simpatía a unos y otros asombros, en busca del alimento que íntimamente requieran. 

LOS DETALLES DE LA CREACIÓN

¿Un gran equipo o un equipo mínimo especializado y enamorado?

Somos pocos, supongo, pero no tan pocos. Nuestro equipo está compuesto por familiares, amigos, y otros colaboradores, todos maravillosos.

Después de 5 siglos de imprenta y en época digital, ¿resulta muy difícil y exótico elaborar un libro a mano?

No es difícil, una vez que sabes hacerlo; ni exótico, una vez que se hace costumbre. Pero ese “saber hacer” implica un cierto número de habilidades técnicas, necesariamente repartidas entre todos los miembros del equipo, y una alta dosis de sensibilidad, preferiblemente compartida por todos los miembros.

EL TALLER

¿Cuáles los costos de esa industria-manualidad?

Los costos son altos. Esta empresa poética tiene más de cornisa que de columna sustentadora. Aunque con la ayuda de la Pequeña Providencia esta aventura pudiera ser una piedra de fundación “en otros cotos de mayor realeza”.

EN BUSCA DE LA ILSA INFINITA

¿Es una fábrica manual de libros y una Editorial con  cimientos filosóficos y literarios?

Eso es lo que es, exactamente. Solo que yo diría que sus cimientos o los nuestros son poéticos, no literarios. Mi abuelo Cintio por ejemplo, distinguía naturalmente estas dos cosas. Pudiéramos hablar en otra ocasión, si quieres, de la diferencia entre poesía y literatura, y entre muchos otros conceptos que parecen intercambiables y son antagónicos.

Hay doce títulos en los que estamos trabajando.

o   Fina García Marruz, Las miradas perdidas

o   Lao Tsé, Tao TeChing

o   George MacDonald, La princesaleve

o   Fina García Marruz, Las cartas de Martí (edición facsimilar y anotada)

o   Cintio Vitier, La luz del imposible

o   Eliseo Diego, Versiones

o   Gilbert Keith Chesterton, El Napoleón de Notting Hill

o   Amos Tutuola, El bebedor de vino de palma

o   Samuel Feijóo, La alcancía del artesano

o   Thomas William Rollestone, Mitos y leyendas celtas

o   Fina García Marruz, El orden del homenaje

o   Miyamoto Musashi, Escrito de los cinco anillos

Los tres primeros están más o menos terminados y los otros están en distintos grados de terminación. De cada uno de ellos estamos haciendo dos ediciones impresas —que se diferencian por su formato y materiales de encuadernación— y una edición digital en formato PDF. Más adelante nos ampliaremos al formato digital EPUB, que es más versátil pero a la vez más trabajoso de emplear, pues explotar todas sus posibilidades conlleva, entre otras cosas, su poco de programación en HTML.

El perfil de la Colección La Isla Infinita es sencillamente dar a luz aquellos libros que han sido verdaderamente importantes para mí, a distintos niveles. Espero no sonar aquí arrogante. No se trata en absoluto de una cuestión de vanidad. Lo que ocurre es, sencillamente, que no se puede emprender un proyecto tan costoso, tan laborioso y tan ambicioso (artísticamente), si no es por verdadero amor, en este caso, a los títulos que publicamos. De otro modo, el espíritu pronto se fatigaría. En cambio, si nos atenemos simplemente a devolver la energía recibida de los propios libros, podemos trabajar sin cansancio, al ritmo, claro está, que nos permita nuestra economía. Obviamente, ello obliga a solo publicar títulos que hayan sido íntimamente muy significativos, porque de ahí sale la energía para sacar adelante el proyecto.

También está la divisa latina que hemos adoptado: cor ad corloquitur. El corazón al corazón habla. La premisa es que lo que partió del corazón es lo que tiene más esperanzas de llegar a otro corazón. Esa es, en mi humilde criterio, la principal causa de que esté decayendo el hábito de leer: en su mayoría, los libros que se publican, dentro y fuera de nuestro país, no parten del corazón de nadie, no conmovieron a ningún editor, y difícilmente estremecerán a algún lector; no obstante, llenan las estanterías, obstruyendo con su sola existencia el acceso a los pocos libros que realmente justifican el hábito de leer y pueden suscitar lecturas profundas o memorables en algún lector.

FINA GARCÍA MARRUZ

¿Aspira a algún éxito de lectura con algunos de los títulos a publicar?

Sí, claro, con todos ellos. Solo que, al ser la nuestra una empresa de raíz poética, tendemos a considerar el éxito sobre todo en términos cualitativos: nos ilusiona más la calidad de las lecturas suscitadas que nuestro número total de lectores o de ejemplares vendidos. Nos importa más que se cumpla en cada caso la divisa de que el corazón al corazón habla.

¿Es un reto a la industrialización y la producción masificada, o un desafío estético y personal, o una necesidad urgente de respirar o un proyecto que despega contra cualquier adversidad?

Es la décima, como diría Ortega y Gasset, la estrofa que estamos tratando de hacer, con el pie forzado que nos ha puesto nuestra circunstancia. En otras palabras, es lo mejor que hemos podido hacer con los medios a nuestro alcance, sin perder coherencia en lo esencial, libertad en lo no esencial, y caridad en cada cosa.

¿Cuáles son los precios de venta? ¿En qué mercados se insertarían? ¿Cuándo?

Hemos tasado nuestras ediciones más baratas en 20 CUC y las más caras en 50 CUC. Pienso que podrían insertarse en el movimiento de las llamadas microeditoriales, o en las ferias internacionales del libro o de artesanía, ya que técnicamente se trata de objetos de arte. Confieso que todavía no hemos pensado mucho en dónde o cuándo vender nuestros libros; no tenemos un departamento de ventas, y la urgencia por confeccionar estos curiosos objetos nos absorbe demasiado. Sus compradores hasta el momento han sido sobre todo amantes del arte y la literatura y, ocasionalmente, personas a las que les agrada la idea de una editorial independiente en Cuba. Otro producto que ofreceremos serán ediciones digitales, una vez tengamos terminado nuestro sitio web. De momento, si alguien quiere uno o más libros no tiene más que ponerse en contacto conmigo ( daarik@gmail.com ).

DIOS CREÓ EL MUNDO

¿Es un proyecto para sobrevivir y ayudar al pan, un proyecto para obligar los sueños a prevalecer, o una victoria  de la imaginación y el amor?

Hasta ahora no ha sido lo primero. Es lo segundo. Aspira a ser lo tercero.

 

 DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA ISLA INFINITA

https://a4manos.aquitania-xxi.com/revoluciones/2014/07/la-isla-infinita-una-editorial-casera-e-independiente-en-plena-habana/

0 Comentarios
Retroalimentación en línea
Ver todos los comentarios