Ilustración: Félix Guerra
Detrás del sol viene otro sol.
No se aclimata fuera del charco.
Lluvia y luz forman un triángulo
con la sed. La temperatura
del aire arde en la sabana.
Hierven los bosques.
La montaña incendia el círculo.
Se amontonan veranos.
La espuma llega al tobillo,
de tantos bochornos acumulados
en tan corta aventura.
Se marchitan pétalos de arena
en aguas fallecidas.
El desierto corre
por acantilados feroces,
sobrantes, insensatos. El
espartillo inventa fósforos.
La lengua, roja como sangre,
se expande en la floresta.
En cualquier otra corriente
furiosa, la criatura limpia los dedos
del pie de la pierna
del cuerpo retrocediendo
a sus márgenes de piel
chamuscada por fogosas
canículas.
Parte de la vida, el fuego, el viento y el agua en estas imágenes que recuerdan cada sol en el amor y viceversa como luz cotidiana y necesaria. Ya extrañaba la poesía de Felo!