Explicar la progresión de una rata preñada en enero, resulta abrumador. Las siete raticas promedio del parto de marzo, ya a partir de junio cada una parirían siete raticas bimensualmente. Las 49 raticas de junio, ya en septiembre tendrían sus partos de siete, para un total de 343 raticas, que en diciembre cada una tendría un parto de siete, para un total de dos mil 301 raticas más, que tres meses más tarde comenzarían a parir cada dos meses.
La madre original de enero y parida en marzo, por supuesto tendría nuevos partos en mayo, julio, septiembre, etc. Los partos serían idénticos al de marzo, 7x7x7x7x7, hasta el fin.
Bien. Para desenredar la madeja anotaré la cifra conseguida por computación, para despejar la incógnita de la descendencia anual de una rata. El número es de 30 000: poquito más o poquito menos.
RATAS RATERAS
Dos ratas roban huevos sin romperlos. ¿Cómo hacen? Una se echa bocarriba. La otra coloca un huevo entre las cuatro patas de la que se echó. A continuación la arrastra a la cueva, tirándola por el rabo. Repiten la operación, alternando las funciones de estibador y carretilla.
RATAS AMIGAS
Biólogos españoles divisan un raro paisaje, difícil de explicar. Dos ratas caminan sujetando un mismo palito con las bocas. No comprenden. Deciden capturar al dúo. Ahora entienden. Una es ciega, la otra su lazarillo que guía con el palito.
RATA GENIAL
Encierran una rata con solo un litro de leche (con tapa plástica) sujeto a la pared de alambre de la jaula, para que no caiga. Después de intentos infructuosos de roer el cristal o volcar el pomo, la rata sube y roe el plástico de la tapa. Luego intenta meter la cabeza por la boca muy estrecha del pomo. Invierte entonces la posición: introduce la cola y con la cola a manera de cucharilla logra alimentarse.
BREVE Y ESCALOFRIANTE
La rata supera al hombre en muchas cosas. La higiene, por ejemplo, no es preocupación: está por inventar la inmundicia o hedor que la perturbe. La cofradía de las ratas suele vivir en armonía y trabajar en forma cooperada. Sus dientes, siempre en crecimiento, son el más terrible instrumento de destrucción animal jamás enfrentado por el hombre.
Las ratas son oriundas del Viejo Mundo, pero se han diseminado por casi todo el planeta. La rata noruega o parda es la mayor y más feroz en Cuba. Unos 22 cm de cuerpo y otros 18 de cola. A los tres meses alcanza la edad sexual reproductiva. Su vida fértil dura unos 18 meses y logra unos 9 ó 10 embarazos antes de que sobrevenga la senilidad. Se reproducen todo el año y cada dos meses. Su período de gestación oscila entre 21 y 25 días. Pare siete hijos como promedio, aunque se registran partos de 14 y 15. Vive unos dos años. El pequeño monstruo supera la población humana en una proporción aproximada de cinco a uno.
¿DEBEMOS Y PODRÍAMOS EXTERMINARLAS?
Sorprende la conclusión de la ciencia, luego que el hombre se enroló hace siglos en la tarea de exterminar a las ratas, a causa del pandemonium de la peste bubónica antes y de la leptospirosis ahora. Los especialistas contemporáneos coinciden en que las ratas no deben ser erradicadas nunca del todo, sino mantenidas a un nivel controlado, pues resultan indispensables al equilibrio ecológico.
En las ciudades, por ejemplo, como son grandes degradadores de residuos, devoran o dispersan sustancias y materias que de otra forma provocarían un gran atoro en las cañerías.
Por otro lado, ratas y ratones son alimentos de aves como las lechuzas, que operan tanto en zonas rurales como urbanas. También constituyen el manjar para algunos gavilanes que resisten en la cadena alimentaria desde épocas inmemoriales y no deben, bajo ninguna circunstancia, desaparecer.
De cualquier manera, la tarea de erradicar ratas y ratones sería tan ardua y prolongada como la conquista de la galaxia, adonde seguro el hombre la llevará durante sus viajes de exploración y descubrimiento. El caso es que el orden Rodentia, que agrupa a los roedores, ocupa el primer lugar entre los más prolíficos de la clase mamífera. En otras palabras: –¡Existen más roedores que todos los demás mamíferos juntos! –afirma Luis S. Varona, eminente mastozoólogo cubano.
En un cuadro de honor de especies dañinas, la rata compartiría sitial solo con alimañas muy escogidas. Cucarachas, moscas, mosquitos, chinches, piojos, garrapatas y pulgas, con todo y que cada uno es rey o reina en su especialidad, tendrían que ceder el lugar cimero al monstruo de las alcantarillas.
Calles malas, escasez y deterioro de las viviendas, hacinamiento, grandes zonas periféricas en mal estado, contaminación ambiental, deficientes servicios de recolección de basura, insuficientes y dañados servicios de suministro de agua, congestión del tránsito, exceso de industrias, muy pocos espacios verdes y abiertos, inadecuados sistemas de alcantarillado, degradación de la higiene del medio, falta de planificación urbanística, poca atención al asunto por las instancias de gobierno local y nacional, vértigo, estrés y en general deshumanización de la vida, son características bien conocidas de las ciudades contemporáneas.
Hong Kong y Ciudad de México (vistas de cerca ambas por este autor), por ejemplo, serían paradigmas de lo antes descrito. Mientras deslumbrantes sitios como estos se hacen desalentadores e inhóspitos para el ser humano, en particular para la gran mayoría de pocos recursos de la población, las ratas ahí se acomodan cada vez más a su gusto. Y procrean una gran familia. Y les parece halagüeño el porvenir.