DISTRIBUCIÓN DEL ALIMENTO
En Cuba conviven serenamente 20 especies de murciélagos comedores de insectos. ¿Cómo lo logran, cuando el alimento es el mismo? Silva Taboada lo explica mediante la ley de la exclusión de la competitividad.
En otras palabras, cada palmo de territorio se reparte con pacíficos, equitativos y muy lógicos métodos, elaborados en un prolongado proceso de adaptación.
Primero, comparten el tiempo. Unas especies cazan al atardecer y son las llamadas vespertinas. Otras baten alas durante el crepúsculo y son las crepusculares. Los noctúrnidos parten ya totalmente a oscuras.
Luego, racionan el espacio de forma vertical. Algunos cazan muy por encima del follaje, otros por entre el follaje y los terceros atrapan insectos sedentarios que se arrastran próximos al suelo.
A continuación viene el reparto horizontal: unos salen a cazar muy cerca, otros se alejan a mayor distancia y algunas especies vuelan a 20 o 30 kilómetros, o quizás más, de sus refugios permanentes.
Por último, de acuerdo con sus respectivos tamaños y antiguos hábitos alimentarios, unos escogen bocados más pequeños (moscas o mosquitos) y otros partículas mayores (lepidópteros y coleópteros de mediano o gran tamaño).
Por un lado, los insectos suman millones. Como, por otro, los murciélagos enfrentan sólo la competencia de algunas arañas y un par de aves, crequetés y guabairos, insectívoros nocturnos, la situación por ahora resulta holgada para las 20 especies. La acertada distribución es un ejemplo de convivencia ecológica y un rasgo armonioso de la biodiversidad de comunidades.
ENEMIGOS NATURALES
Los enemigos naturales son dos. La lechuza incluye murciélagos en sus festines, sobre todo si escasean roedores. El majá también lo atrapa en cuevas o árboles.
Tampoco en este terreno los murciélagos tienen motivos para demasiadas quejas. Es una de las ventajas de esa existencia nocturna y abnegada.
Por supuesto, queda un enemigo no natural. ¿Cómo perjudica este predador? Mediante la tala irracional de bosques, la irrupción alocada en cuevas y regando pesticidas.
Ese adversario, apoyado por la ignorancia al respecto, también persigue al murciélago con sus prejuicios, miedos y sadismos, confundiendo con el demonio a quien merecería ser confundido con los ángeles.
BANCO GENÉTICO
Merlin Tuttle, presidente de la Organización Internacional para la Protección de Murciélagos no se cansa de alabar a una criatura que posee un oído 400 veces más sensible que el humano, al tiempo que se queja de la disminución en Europa de hasta el 90 por ciento de algunas poblaciones de quirópteros.
Es una pena, opinó. Los murciélagos son un banco genético que guarda importantes tesoros. Uno, entre los conocidos, es el de la hibernación y conservación de esperma en el tracto reproductivo hasta la primavera, retardando la fecundación para el instante más conveniente a la futura cría.
¿Podrá el hombre imitar ese rasgo biodiverso y revolucionar las técnicas humanas de control de natalidad?
¿Logrará la ciencia confeccionar un sonar que trabaje sin confundir nunca un sonido propio con el ajeno, aún cuando la multitud supere los mil o los diez mil? ¿Los ciegos alcanzarán a “ver” usando un microprocesador que imite semejante capacidad de ecolocalización?
TIGRES CONTRA MURCIELAGOS
Granjeros europeos, dice el especialista Jim Hutchison, amparan a los quirópteros que habitan cerca de sus cultivos. Se trata de un amor por convivencia, como muchos, pero amor consiente. Los murciélagos devoran insectos dañinos y los agricultores evitan que nadie los ataque.
El Servicio de Información y Rescate de Nueva Gales reporta que cada día más “mamás murciélagos” reciben entrenamiento y toman a su cuidado a recién nacidos. Las crías de murciélagos pueden desprenderse inesperadamente del cuerpo de las madres durante el vuelo.
Cita, entre otros, el caso de Linda Collins, una septuagenaria que ayudó a sobrevivir a más de una docena de huérfanos. John Ambers, un adolescente aficionado a los animales, tuvo ocho de esos descarriados a su cargo y todos sobrevivieron y se reincorporaron a la vida silvestre.
Eso es amor por los seres vivos, la mejor de las zoofilias que podríamos imaginar. Y por la generosa y beneficiosa conveniencia de resucitar sentimientos de bondad y maternidad o paternidad, y disfrutar a fondo, adicionalmente, una experiencia singular.
Sabemos que la belleza es un concepto y un patrón humanos bajo condición histórica. Depende de cultura, inteligencia, inclinaciones y aspiraciones, criterios estéticos, época, nacionalidad, latitud. Si nos fijamos en el rayado del cuerpo musculoso, será el tigre quien resulte acreedor a los elogios. Si miramos a través del cristal de la mayor utilidad, entonces hay que considerar al murciélago como fuerte aspirante a la corona. ¿Tigre o murciélago? ¿A cuál preferir entre tanta belleza?
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