¿En qué condiciones puede llegar a vivir un hombre, muchos hombres? ¿Cuál es la verdadera magnitud de la guerra y el daño a sus implicados, voluntarios e involuntarios?
De principios de abril de 1982 a mediados de junio de ese año tuvo lugar la Guerra de las Malvinas. La todavía dictadura militar que había encabezado Jorge Rafael Videla, desde la década anterior, envió a sus «hijos» a disputarle a Inglaterra la soberanía de los archipiélagos. Diferendo histórico entre ambas naciones.
En este panorama nacen Los pichiciegos, de la mano de Rodolfo Enrique Fogwill. Un grupo de soldados desertores argentinos tras la construcción de un refugio subterráneo que lo utilizan como escondite. Decepcionados de una guerra en la que no creen, de un oponente que los sobrepasa en fuerza y poder destructivo, y un gobierno que ha abandonado a esos «hijos» a su suerte, los desertores integran una comunidad clandestina muchos metros bajo tierra: los pichiciegos. Ciegos de no ver, ciegos de solo escuchar las bombas, un grupo de alrededor de 25 jóvenes intenta adaptarse y sobrevivir en la oscuridad de una noche que parece eterna.
Para ello deberán traficar vidas y muertes con su propio bando y con el enemigo; también establecer normas, leyes y trabajar en función de las necesidades más básicas: «comer, mantenerse calientes, ver en la oscuridad, no ser descubiertos…». Llega el invierno terrible y cualquiera de estos desafíos es mayor. Los pichiciegos intentan que su refugio al menos albergue vida, además de la angustia reunida de todos.
Una narración a veces compleja por el lenguaje local, que aborda desde otra perspectiva la cruenta realidad de la guerra. Un relato de supervivencia mordaz, que pareciera haber sido escrito desde aquellas trincheras del infierno. Dentro la conjunción de provincianos, norteños u originarios de otros países que por azares del destino terminaron en un pozo de tierra con frío y hambre. Al final una luz de esperanza que no llega para todos.
Un final triste y conmovedor como la guerra, pero que merece ser leído y sentido en la piel cuando los ojos recorren las últimas líneas de este libro.
Recomendable para días en que nada demasiado pesado nos inquiete el alma.
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http://letroactivos.com/los-pichiciegos-rodolfo-enrique-fogwill/