Quien dijo aquello de que un mundo mejor es posible, ha de tener razón. Me resisto a pensar que los humanos hemos dado ya todo lo que teníamos. Seguro habrá más, mucho más, escondido entre los tendones, y  así como aún no hemos sabido explotar el cerebro en sus amplias dimensiones, tampoco hayamos podido sacar ese “todo” de entre los nervios, y dárnoslo unos a otros.
Esta mañana sentí que vivíamos en un mundo en guerras; en realidad, es un sentimiento que me acosa con cierta frecuencia y va más allá de las guerras tradicionales que conocemos…
Estas son Guerras cotidianas, entre: empleados y patrones; capitalistas y disque socialistas; capitalistas y verdaderos socialistas; gordos y flacos; peludos y pelones; altos y chaparros; editoriales y editores; mano de obra y dueños de los medios de producción; libro e internet; cine y televisión; revistas y multiplataformas digitales; medios de prensa con lineamientos y libertad de prensa; tecnologías y la ligereza de sobrevivir; gobiernos y pueblos; economía de los grandes bancos y los bolsillos tristes de la gente común; trabajo y ocio; ricos y pobres; desarrollo profesional y artístico; el ruido y el silencio; hijos y mascotas; sueños y realidades; amor y matrimonio; más y menos; Estado y empresa privada; libre mercado y regulaciones de gobierno; el viaje y el estarse quieto, y un infinito etcétera, que cada quien verá en su acostumbrado avatar.
Me preocupa; sí; vivo en guerra entre mis preocupaciones y mi insomnio; mis sueños y mis limitaciones; mis ambiciones y mi desvencijada humildad…,  pero a mí, mortal de apellido Guerra, no me queda otro remedio que vivir en guerra eterna contra mí misma, o vivir mi propia guerra. Ustedes quizás tengan alternativas…
Hace un tiempo escribí un mal poema que hoy comparto, para librarme de la responsabilidad individual y hacerla colectiva:

 
Guerra

Estoy en guerra
contigo, conmigo
estoy en guerra, con la metralla al hombro
asesinando sentimientos, sutilezas
estoy en guerra en mi remanso de paz
en la montaña, el rio quieto
el mar eterno
estoy en guerra
y no es por ti, ni por mí
es por el miedo
que estoy en esta guerra

Gabi Guerra/ 8 de noviembre de 2012

0 Comentarios
Retroalimentación en línea
Ver todos los comentarios