Otro réquiem por los sueños

(Los perdidos y los encontrados…)

 

Hoy es el último día –bueno, el penúltimo, que para efectos literarios es lo mismo-.

Hoy alguien se fue y alguien llegó -como la vida-.

Hoy ha sido el final de un año difícil, -también como la vida-, en el que no tuve la certeza en ningún momento de cómo iba a terminar.

Hoy todavía estoy escéptica; hasta que cantemos esa canción con la que los cubanos fuera de Cuba despedimos cada año, y bese a la gente que quiero más. Entonces podré bajar los hombros, dejar ir el pasado, lo malo y lo terrible de 2014, y atesorar el resto: los buenos libros leídos, los viajes realizados, los caminos recorridos, los cambios que al final (tras más esfuerzo que el deseado, sumadas sus consecuencias) valieron la pena y las personas lindas que conocí, donde pongo, como colofón de un mes macabro, a mi sorpresa de diciembre.

Hoy no sé qué más decir, tengo un día de esos raros en que uno no sabe bien qué decir, aunque quisiera decir tantas y tantas cosas.

Hoy, en cualquier caso, amanecí casi feliz, y la paz llegó con un golpe de brisa de mar del malecón habanero, porque las nostalgias nunca faltan. No me parece una mala manera de concluir un año sin aspiraciones, en el que de todas formas pasaron muchas cosas.

En la familia, en “nuestros años felices”, solíamos hacer un brindis de Año Nuevo: “que cuando peor estemos, estemos como ahora”. Desgraciadamente, a veces se nos cumplió.

Hoy ya no quiero estar de ninguna manera; mis deseos, mi único deseo es que los sueños, así, aletargadamente si quieren, con pausas, con despeñaderos intermedios, sigan marcando el paso irreparable de nuestras efímeras existencias.

 

 

 

 

 

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Guest
Charly Moreno
December 30, 2014 7:06 pm

Siempre un placer y deleite leer sus lineas Querida amiga!!

Guest
December 31, 2014 2:44 am

Guerra, te quiero chingos.
Vamos por ese 2015.