“Revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado…”
Fidel Castro
Al salir de La Habana, mi madre me dio, como siempre, algunas recomendaciones indispensables para mi sobrevivencia lejos de ella: aliméntate, descansa, cuida tu salud y paciencia. Paciencia es la mejor palabra que me ha enseñado esa mujer magistral, directora de la obra que empezó hace 33 años, cuando nació mi hermano, y que se hizo más difícil de dirigir un año después, al nacer yo. “Con paciencia se puede construir un país, hacer una revolución y salvar un gran amor”, me ha repetido muchas veces; frase sacada de algún recuerdo distante que ya es mío. Yo no pude construir un país; yo me fui. Tampoco he podido salvar un gran amor, si lo vemos de la manera tradicional. El único recurso que me queda es el de hacer una revolución, pero a esta altura del siglo, las revoluciones no están de moda; la gente ya no sabe hacer revoluciones, y el modelo que yo tuve, no es el mejor. A veces he pensado, que si una posibilidad remota tengo en esta nueva ciudad, a la cual no pertenezco, esa es darle a conocer a quienes me leen cuando logro escribir, un poquito de lo que es mi Isla y su gente. Romper con los estigmas y los cánones sobre los cubanos es, sin duda, quiero creer, necesito creer, un proyecto de incipiente revolución, y mi invitación está abierta.
Al salir de La Habana, mi padre también me hizo sus recomendaciones: Leer varios libros que me cargó en la maleta, seguir adelante con los sueños, defender lo que soy y lo que pienso, y una que parecía más pequeña y divertida, ver una película cubana que pasé a mi compu de la suya, “Conducta”. Esta noche, tras una semana muy difícil, la vi. Fue inevitable pensar en una idea que me dio mi mejor amiga, antes de Salir de La Habana también: “El día que estemos juntas en México, vamos a hacer noches cubanas”. Cada quien interprételo como quiera, nuestra idea seguirá en pie hasta que ese sueño se cumpla.
El cine, como el arte, es siempre un recogimiento obligatorio de la vida en la tierra donde se hace. El director, los actores, el equipo todo, tienen la responsabilidad de llevar frente a los espectadores las imágenes de sus historias cotidianas, por absurdas que sean, y la de mostrarle al mundo la idiosincrasia de un pueblo y sus peleas ante la vida. Una labor evidentemente más revolucionaria que todo lo que yo pueda lograr con mis utopías de mujer errante. El cine cubano no ha estado exento de ello, desde la ya lejana “Memorias del subdesarrollo”, pasando por muchas trascendentes obras de las que podría en algún momento hacer un pequeño recuento en este espacio, hasta esta joyita que es “Conducta”. Es una historia de amor, de sobrevivencia, de lucha despiadada contra la adversidad, de voluntad, y otra vez una historia de amor. Una enseñanza más de los hijos de una nación lastimada, maravillosa e increíble, libre y presa, de ideales y de desilusiones. Una película que no quiero contar, porque rompería el milagro de enfrentarse a ella. De cualquier forma y contradiciendo las lógicas del mercado, la película completa está en la red y gratis. Debo agregar un detalle que supe luego de verla. La excelente fotografía es de Alejandro Pérez, un gran director de fotografía, que además es gran amigo, con el que alguna vez tuve el orgullo de trabajar. Ahora entiendo todo…
Es inevitable pensar que para hacer mi revolución, tendré que valerme de revoluciones ajenas. “Conducta” es una revolución compartida, como lo ha sido casi todo el cine cubano posrevolucionario. Ojalá la historia me absuelva a mí también, que no soy crítica de arte. Esta líneas las escribe una habanera triste y enamorada de sus orígenes, si es que la palabra orígenes a esta altura para algunos todavía significa algo.
La película cubana “Conducta” ha sido la ganadora de la Biznaga de Plata al mejor largometraje en la sección Territorio Latinoamericano del decimoséptimo Festival de Cine Español de Málaga
Gaby querida..by the way..me encanta tu blog..Conducta me llego al alma, justo termine de verla anoche mismo. La encontre en el sitio kubaneando.net que tiene a su vez muchisimas otras peliculas cubanas que nunca habia encontrado..quizas por ahi descubras otras revoluciones inspiradoras, se te quiere siempre..
CONDUCTA es ya trascendente en toda su magnitud. Necesaria para entender y comprender el estado actual del Cine Cubano y la sociedad en sí misma. La vi fuera de Cuba, en un lugar que me han prestado para vivir, con amigos del terruño también, y con toda la nostalgia e intensidad que supone expatriado, migrante, extrangero…en fin, CONDUCTA desborda los ríos que han estado subyacentes en el alma del cubano. Como siempre tus palabras tan en la diana de mi vida!
Gaby, a esto que comentas debo agregarte que sin proponérmelo de manera explítica, ya yo he comenzado algo similar a este proyecto “nueva revolución de cubanos” (o algo así) de cual hablas.
Queria agregar algo que una antigua colega de trabajo decía: ” los cubanos estamos hechos a palos y pedradas”. Sin pecar de chovinistas, es parte de lo que nos ha hecho a algunos más adaptable a los cambios bruscos a los que conlleva la emigración. Este es de todas maneras un tema aparte (porque toca a muchas personas, no sólo a los cubanos), pero me puedes poner como colaboradora en tu proyecto de limpieza y depuración un beso