Poemas de Aldo Parfeniuk    

(del próximo libro: “El nacimiento del bosque”).

.

Ser bosque

Tener un lenguaje

de insectos y de pájaros

que se buscan

para darse calor

y compartir

las semillas del día

.

los ojos en los nudos

   de la corteza

y el corazón en algún nido

.

rehacerse brote a brote

hojita a hojita

graznido a graznido

latido a latido

.

y darse en flores y frutos

sobre una tierra condenada

a naufragar en la arena

.

bajo un cielo que ya no quiere

dar más agua

.

y respirando

el oscuro aliento de un aire

que cada vez más

huele

          a humo

                       humano.

.

Después de todo

y aunque sea buscándonos a tientas,

como ciegos perdidos, 

entre el rumor de secretas vertientes

.

nuestras raíces 

seguirán conversando

.

y con los nombres que nos fueran dados:

selva, monte, cerro, parque

o simple arbolito

de vereda de pueblo o de ciudad

.

volveremos, porfiado verde

a reinventar la vida

.                               

hermanando los árboles

que en vez de leña para el fuego

serán la sombra espesa y generosa

bajo la cual encuentre finalmente

techo y comida el futuro

.

aunque sea, ya,

                          en otra galaxia.

.

Miren la Tierra

                    (a la memoria de José Emilio Pacheco)

Miren la Tierra,

cómo nos mira:

desmontar y talar.

Y vender

             y vender.

.

Desde su desguace,

desde sus estertores,

ya definitivamente cansada.

Exhausta.

.

Nos mira. Y no quiere irse.

.

Y miren cómo se enoja,

cómo se sacude volteando aldeas

inundando pueblos y campos

vomitando fuego y lava

.

llevando el mar a la tierra

hasta barrer toda aldea

y ciudad que se le cruce.

.

Enloqueciendo al viento.

Repitiéndonos una y otra vez 

lo suicida que es 

incendiar los bosques

y pudrir los ríos

y derretir los hielos

y envenenar el aire.

Que sequemos de peces el mar

y de animales la selva.

.

que no podemos hacerla mercancía

para enriquecer a unos pocos

.

y dejar un tendal de pobres

vagando, desnudos, por el mundo.

Que la tierra no es un negocio

para el mejor postor.

.

¡Miren la Tierra cómo nos mira,

cómo,

          ya,

               ni quiere

                              vernos!

.

Soy el río

Este de aquí y ahora,

y de todo lugar y tiempo

donde gentes y bestias

esperan que la vida les llegue,

desbocada y fértil,

mostrándoles cómo es 

ser libre.

.

Sigo y me sigo.

Sin pensar en nada más

que seguir

                  y seguirme.

.

Me transitan el ser

y el no ser

con que el filósofo urdió

su transparente dialéctica.

.

Respondo a la lógica de astros lejanísimos

que amamanta la Vía Láctea.

.

 Pasando me quedo y pido:

                                  que nadie desvíe

el rumbo de las nubes pacientes

que de a ratos me viajan.

.

Invitación

Mirarlo intensamente al paisaje.

Fijamente.

Con todo el cuerpo,

.

y lo que nos quede

                           de alma.

.

A la hora

en que se va la tarde,

y empiezan a caérseles,

-plumas del silencio-

las hojas finales,

los últimos colores.

.

Mirarlo

en esa lenta despedida de sus sombras,

hasta que desdibujadas,

casi invisibles

.

finalmente,

                   se dan vuelta

.

y nos devuelven la mirada.

.

.

                                      (poemas inéditos, Córdoba, Argentina, 2024)

Subscribe
Notificación de

0 Comentarios
Antiguos
Nuevos Mas votados
Retroalimentación en línea
Ver todos los comentarios