De su libro Cambiar de corazón
(Cuadernos de la salamandra)
I
Filo de amor al trovar
pico de pájaro al viento
que lo lleva, pobre canción
que no llega, apenas destrenzada
por los dedos del viento, enmudecida
por su beso frío
y la sorda indiferencia
en los oídos de la bella.
Qué más da, nada
al fin más triste
que el amor, si a sí mismo se consume
moribundo de sed
de no ser correspondido.
II
Así está bien, dijo ella,
practiquemos el amor con desapego
qué fácil es decirlo
cuando ya no se ama, cuando
el pecho se cierra, pertrecha su castillo
con las piedras heladas del rencor,
de miedo y abandono
eleva el corazón su puente levadizo
y en el foso resuena
un río de indiferencia
ella que ayer
abriera sus alas
jugosa y sonriente
como la mañana
ella
que ayer
fuera mía.
III
El pájaro sueña
en devolver al trino la luz de la mañana
en que el invierno
regrese a ser verano
tiemble el rocío muerto de deseo
en sus labios
y
el viento alise
entreveradas plumas
al vuelo.
IV
Con
sus sueños templa el canto
lo impele contra
el silencio:
arde
en el instante el silbido
su pasión de navaja
abre
su brecha al corazón, de lava viva
su brecha al corazón.
V
Espuelita de plata
vienes calando
hondo y despacio
pálida estrella
el sordo río
de mi quebranto…
canta el pájaro herido por el canto.